Page 31 - Martingala Nocturna
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Martingala Nocturna




                                 Caminando demasiadas horas,
                                  sola, no sé cuántas voy sola.


                                      ¿Dónde has estado?


                                    Han golpeado mi alma,
                                       enfrento la lucha,
                                detrás, sólo veo el surco que dejo.


                              He sentido el rigor y no tu presencia.
                                  camino sola, sola caminando
                              no sé cuántas horas…. Me siento sola.


                                       Queman mis pies.


                                Mi cuerpo siente el friso delante,
                                 la espada de la ley del hombre.

                                   Esquirlo la alegría de vivir,
                                me amparo ante la luz luminosa
                                que acoge el cuerpo derrumbado
                                para ofrecerlo al paráclito divino.


                                       Seco, parco, escaso
                              tanto en obra como en pensamiento,
                                anego el beso de respeto o afecto.
                           El camino se adelgaza bajo el cieno blando,
                              aclamo el salmo y la llaga de Cristo,
                                   fuente de luz en mi silencio.


                                      ¿Qué veneno emana
                              que no alcanzo a descifrar mi poesía?





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