Page 65 - Martingala Nocturna
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Breve distancia
Tu estancia fue breve,
mi pequeña de mirada triste y risos naturales,
¿qué puedo decir de tu infancia
si no logro asimilar tu partida?
¡Fueron dos segundos!
No fue descuido, lo juro…
Mi ángel matizado a hoja de otoño.
Como agua en las manos
se disipó tu rostro en la nada,
libélula en primavera como suelo llamarte
a orillas de la tumba donde yace tu cuerpecito…
Aún suelo arroparte con el cuerpo
y martirizo los sentidos
tratando de escuchar el llanto
de aquel fatídico día.
Logro colocar tus brazos en mis brazos
igual que alimentarte y protegerte cuando niño.
Esa búsqueda que no logra terminar,
caminando sólo por hacerlo
sin sentido alguno.
Ocultando la pena…, de perder un hijo.
Voy por la vida cultivando
lo que llaman agonía.
Preguntando a Dios respuestas…,
a la vida misma…
Y no saberlas.
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