Page 42 - Cuentos rimados para niños mimados
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A molestar a las cabras
                                     siempre ellas jugaban,
                                      el miedo que sentían
                                      es lo que disfrutaban.


                                       —¡Abra cadabra!
                                        —Decía María
                                mientras una cabra la correteaba.

                                       —¡Patas de cabra!
                                          —Decía Lía
                                  sacando la lengua se burlaba.


                                     Nada parecía detener
                                   a estas dos niñas macabras,
                                    hasta que un día al redil
                                   llegó una bravísima cabra.


                                     Lía y María pensaron
                                 que era un carnero cualquiera,
                                     mas nunca imaginaron
                                      lo bravo que éste era.


                                   María cogió un trapo rojo
                                   retando de lejos al caprino,
                                      éste rumió con enojo
                                   pegando tropel al camino.


                                        Lía veía a María
                                    huir por el verde campo,
                                      la niña auxilio pedía
                              hasta que el cabro chocó en un árbol.

                                    Lía y María de un brinco
                                    la cerca pronto cruzaron,
                                     sanas y salvas las niñas
                                     de milagro quedaron.



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