Page 39 - Cuentos rimados para niños mimados
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Todos en la granja
                                        jugaban con ella,
                                       sabía adivinanzas
                                          muy bellas.

                                            Un día
                                        mientras comía
                                     a adivinar quiso jugar;
                                         dio un bocado
                                      con los ojos cerrados,
                                          se atragantó
                                       y no pudo graznar.

                                        La pobre repetía
                                     con gran desesperanza,
                                      las últimas palabras
                                     de aquella adivinanza.


                                     —Adivina adivinador
                                —¿Qué tiene el rey en la panza?
                                          —¡Cof, cof!
                                          Tosía y tosía.
                                          —¡Cof, cof!
                                         hacía la gansa.


                                        Los días pasaban
                                       y todo seguía igual.
                                          Nadie podía
                                    a la pobre gansa ayudar.

                                    Hasta que un día el gallo
                                   tuvo una idea muy honesta.
                               —¿Y si a la adivinanza de la gansa
                                 de una vez le damos respuesta?







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