Page 34 - Cuentos rimados para niños mimados
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El segundero giraba
                                  siempre haciendo ¡Tic-Tac!,
                                    y a los sesenta segundos
                                   un minuto volvía a formar.

                                   De igual forma los minutos
                                    creaban horas sin cesar,
                                     hasta que un día la pila
                                     acabó y no pudo más.


                                    Se movían las manecillas
                                     para adelante y atrás,
                                      parecían parabrisas
                                   volviendo al mismo lugar.


                                    Un niño observó el reloj
                                   y el problema pudo notar,
                                     pilas nuevas fue a traer
                                   las cambió y volvió a girar.

                                De izquierda a derecha otra vez
                                     las horas pudo marcar,
                                   volviendo el tiempo a latir
                                      al ritmo de ¡Tic-Tac!


























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