Page 52 - Cuentos rimados para niños mimados
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—Me llamo Licaldo
decía con pena Ricardo.
Era L no sólo al hablar
sino también al anotar.
En el dictado escribía calo
en vez de la palabra carro.
A los niños de la clase
les daba por burlarse.
Pensaban sus vecinos
que hablaba idioma chino.
Los meses pasaban
y sus dientes no brotaban.
Ricardo suplicaba insistente
cada noche al ratón por sus dientes.
Un día fue tal su tristeza
que se quedó dormido en la mesa.
Su madre lo llevó a la cama
y le puso su pijama.
De tanto cansancio soñó
que el ratón a su casa llegó.
Y rascándose la panza
le dijo:
—Perdón por la tardanza.
—Es que tenía muchos pedidos
por eso no había venido.
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