Page 55 - Martingala Nocturna
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Solía decir Mariquita
…¡Bonita es la libertad…!,
—hasta pintada estremece—,
solía decir Mariquita.
Desde que enviudó
no volvió a sentir el calor de otros brazos
que no fueran los de su santo varón.
Cuentan las hermanas
la cara de pasión desbordada,
siempre en las pláticas decía:
—como su él, no habrá ninguno—.
Qué bonita vida,
si el hombre era un Don Juan,
perjuro y apasionado
fue el hombre de su vida,
—fue traición—,
pero jamás lo dejo de amar.
Hoy es uno de esos días
en que recuerdo sus charlas,
aún se le oye por la casa.
Viejita linda, Mariquita.
Lloro por la calle
donde fue por cuatro años tu morada.
Esa calle donde me prohibieron verte.
Con la fija idea,
que en el más allá
están reunidos.
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