Page 59 - Martingala Nocturna
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Donde no hay fin



                                        Se crece a solas
                                    donde no existe el olvido.


                                       Desde que llegaste,
                           tu nombre vive desde entonces en mis ojos,
                                         en mis labios,
                              en mis quejidos de pasión…, amarte.


                                         En mis sueños
                                  quedaste a morar el universo,
                              que guardo en el silencio de un alma
                                         en los sueños,
                                       donde no hay fin.









































                                                                                 57
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