Page 23 - Grandes maestros de América José Martí e Ignacio Manuel Altamirano: ¿Vidas conexas o ideas paralelas?
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bajo los preceptos liberales de una nación ya independizada como era
México, que luchar por la independencia de una colonia aún sojuzgada
al dominio extranjero, como fue el caso de Cuba, sí es posible para Martí
y Altamirano, identificar algunos aspectos fundamentales para alcanzar
los sueños de emancipación compartidos en sus diferentes realidades y
momentos históricos, es decir, la línea de actuación y pensamiento de estos
personajes se va uniendo por el camino recorrido a favor de la ruptura
definitiva con cualquier tipo de dominación exterior imperialista y con
cualquier resabio colonialista e injusto al interior de sus sociedades y de los
países que conocieron en los que abrevaron del conocimiento de aquellas
épocas.
Es igualmente importante recordar que durante el siglo XIX fueron
la cultura y la educación los campos de acciones de los intelectuales
interesados en contribuir con el progreso de las naciones y la mejoría
de las condiciones de vida de las poblaciones, por ello aunado a sus
actividades políticas, Altamirano y Martí, se evocaron en una larga y
frutífera producción intelectual que abarcó todos los géneros literarios,
destacándose como fuentes de información para el estudio que nos presenta
ahora Carlos Alberto Pérez y Pérez, los escritos periodísticos y los ensayos
que ambos llegaron con valiosas reflexiones sobre el papel transformador
de la educación, la defensa de las libertades y la inclusión en el desarrollo
de las clases y grupos marginados como los trabajadores y trabajadoras, los
pueblos originarios y la mujer, temas aún vigentes en los debates políticos
y de gobierno.
Las obras de los dos autores analizados en este libro, retoman el impulso
propuesto por el pedagogo Andrés Bello, venezolano de nacimiento y
latinoamericano por convicción, quien haciendo suyas las enseñanzas de
grandes maestros de América como Simón Rodríguez, llamó en diferentes
momentos a sus alumnos y a los intelectuales de época a despertar del
colonialismo cultural aún presente en las académicas, universidades, liceos
y escuelas normales al decir en su ensayo Autonomía cultural de América
(1848): “Nuestra civilización está también juzgada por sus obras; y si se le
ve copiar servilmente a la europea aún en lo que ésta no tiene de aplicable
[…] la América no ha sacudido aún sus cadenas; se arrastra sobre nuestras
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