Page 66 - Un mosaico de poesía para la educación
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Qué crueles son estos sueños y más ruin el despertar
duelen y calan hondo, cuando son la realidad,
aquí están ya mis verdades, quién me podrá quitar
estos malditos pecados, que descubro en mi sobriedad.
¿Qué cómo te describo, madre mía?
Qué pregunta tan difícil hoy me han hecho,
por lo que he de compararte, con la Virgen María
ya que, entre tú y ella, no hay gran trecho.
Dulzura, abnegación, ternura y esperanza
es algo que realizas con suma devoción,
sacrificios, desvelos, llantos y confianza
son sinónimos de tu entrega y gran corazón.
Con cuánta paciencia tu canto me arrullaba
cuando algunas veces enfermo me encontraba,
y aunque las horas pasaban y más te desvelaban
nunca tu ternura y amor se terminaban.
Los años han pasado madre mía
y en tu frente se marca el tiempo transcurrido,
mas siento que me haces falta todavía
para devolverte lo tanto que me has querido.
Y si alguna vez te defraudan mis acciones
perdóname, no lo hice con intención de lastimarte,
pues caí en las malas tentaciones
y por siempre viviré, para cuidarte y amarte.
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