Page 94 - Preludio los días de mi juventud
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la empresa La Piedad Cavadas, S.A., con su respectivo 50 por ciento
de anticipo y nos asignó un autobús nuevo con dos choferes.
Mandamos a imprimir una manta con el escudo de la escuela, alusivo
al viaje de excursión que se colocó al frente de la cabina del autobús.
Llegó el momento de la salida, el autobús muy temprano lo
estacionaron en el patio frente al edificio de la escuela, el maestro
responsable de la excursión hizo el pase de lista, uno a uno fuimos
abordando el autobús, el director de la escuela nos dirigió un bonito
mensaje, deseando que aprovecháramos este viaje y deseándonos
un feliz retorno.
Algunos integrantes del grupo no hicieron el viaje, optaron por
darle otro uso a su dinero. El chofer en turno encendió la máquina
del autobús, y salimos rumbo a Yucatán y puntos intermedios; el
primer tramo recorrido fue Celaya, Guanajuato, hasta el Puerto de
Veracruz, llegamos después de las dos de la tarde, el autobús fue
estacionado a dos cuadras del malecón; hacía mucho calor, la sed
nos agobiaba, algunos compañeros que no conocen el mar, al bajarse
del autobús corrieron a la playa y con ambas manos cogieron agua,
se la echaron en la boca para darle un sorbo, pero fue imposible
tragarla por lo salado del agua del mar.
Los pocos minutos que nos dieron, sirvieron para recorrer el
malecón y conocer el Fuerte de San Juan de Ulúa, así como el centro
del puerto jarocho.
Subimos al autobús y el chofer siguió la carretera hacia el sur de
Veracruz, hasta llegar a Villa Hermosa, Tabasco, donde pasamos la
noche, el hotel no tenía camas suficientes y con el calor del verano,
aceptamos dormir en hamacas al aire libre.
Al otro día temprano, el chofer enfiló su camión hacia Campeche,
llegamos a la Laguna del Carmen; para cruzarla, fue necesario subir
el autobús en una panga porque no había puente, todos nos subimos
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