Page 18 - Un docente preSNTE
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—Si no puedes, avisa de favor. Ten, en ese papel están anotados
los teléfonos de aquí, el del subdirector y la escuela.
—Sí, claro, yo les aviso inmediatamente.
Salí lo más rápido posible del plantel, sabiendo de antemano que
era tarea imposible entregar toda la documentación este mismo
día. Pero, antes de emprender el recorrido, guardé los números
proporcionados en mi celular..., a ver, sub..., direc..., escuela…, ok,
ya quedó.
Abordé un colectivo afuera de la escuela para ir al primer lugar, la
supervisión escolar. Bueno, tal vez, si no hay tanto tráfico, puedo
avanzar con tres lugares en el resto del día. Miré el reloj, casi
mediodía. Sí, puede ser, dos o tres. El calor es terrible, más en un
transporte con las ventanas cerradas y lleno hasta el tope. Nunca
entenderé la necedad de los choferes de seguir subiendo gente
cuando ya parecemos sardinas enlatadas, quisiera moverme, pero,
no se puede, no hay margen de maniobra ni de movilidad aquí, y
para colmo, ya tenemos como media hora parados sin avanzar.
—Oiga, ¿por qué no se mueve?, ya voy tarde para recoger a mis
hijos de la escuela, ya van a salir.
Reclamó una señora al chofer ante la desesperación por no avanzar
nada en los últimos 30 minutos.
—¿Y qué quiere que haga, madre?, está cerrada la avenida
Morelos, afuera de la secundaria Gómez Farías se reunieron
varios tipos para manifestarse otra vez por la falta de agua.
¡No hay paso!, ¡está cerrado! Es lo que me está informando un
compa por teléfono ahorita.
—¡Zánganos revoltosos y flojos, otra vez con sus mentadas
manifestaciones!, como si deveras sirvieran de algo. Fue el
comentario de la señora ante la respuesta del chofer.
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