Page 20 - Un docente preSNTE
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eso de manifestarse en cada entrada de la ciudad, nos dejó a todos como
si fuéramos ratas de laboratorio tratando de escapar de una trampa.
Desperté ya entrada la noche, no supe ni a qué hora ni en qué
momento me dormí. Ni siquiera escuché cuando sonó el celular. Dos
llamadas perdidas de mi madre y un par más de mis hermanos. Más
de las 11 de la noche, no, ya es tarde para regresar la comunicación,
supongo hablaron para ver cómo me fue y si ya estaba trabajando.
Pero bueno, según entendí, el trabajo es tan sólo de lunes a viernes,
lo que me dejaría los fines de semana libres, no como el anterior,
que no sabía qué día o días de descanso tendría; Taxco no está lejos
de aquí, podré no sólo hablarles para saludar, creo que hasta visitaré
más seguido a mis padres.
Merendé un sándwich con leche, no más, a pesar de no haber
comido en el día, ni desayunado. Me sentía agotado, quise relajarme
viendo el televisor, el primer canal, noticias locales, con imágenes
de la ciudad en una vorágine de tráfico y caos vial. No, suficiente
de esto por hoy, apagué el televisor, merendé con calma, puse el
despertador a las siete de la mañana para que me diera tiempo de
entregar todos los oficios y, si tenía suerte, también mañana mismo
en la dirección de la escuela con los acuses de recibido. Esto, claro,
en el supuesto de que no pasara lo mismo de esta tarde.
Dormí plácidamente, más tranquilo y esperanzado de que fuera
mucho mejor el siguiente amanecer que este día. Bloqueos, marchas,
caminar, estar encerrado y sudado más de dos horas. Mi último
pensamiento, antes de dormir.
Un día excelente, sin bloqueos, marchas o manifestaciones. Salí
temprano y entregué todos mis documentos, regresé a la escuela
justo al mediodía. Esperé entonces afuera de la oficina del subdirector
para ser atendido y recibir indicaciones.
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