Page 44 - Un docente preSNTE
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algo. Caminé sigilosamente hasta la entrada, en el portón, estaba
un vigilante, pero, como era de la mañana, no creo que hubiera
problema en dejarme salir, sólo diría que me compraría algo en la
tienda. Sí, sé que es muy cobarde esto, pero, no me importa, es algo
que simplemente no puedo hacer.
Ya estaba en la entrada, a unos pocos pasos por lo menos; tranquilo,
nervioso y rápidamente, me dirigí sin que nadie notara mis
movimientos, y justo cuando estaba seguro de haberlo logrado, que
ya era libre de esto, los vi.
¡Llegaron!, ¡mi grupo, de la mañana!, con cartulinas, pancartas,
chifladores y trompetas. Le habían preguntado al maestro Bernardo
si podían venir a verme y les había dicho que sí.
—¿Qué..., qué hacen aquí?, ¿cómo..., quién…?
—Nos invitó el profe Gabo, ¿no pensabas que te dejaríamos sin
apoyo, ¿verdad? me contestó Armando, mi mejor amigo de la
escuela.
—No…, jamás pensaría… ¿En serio todos vinieron?
—Sí, mira: Vargas, Pietra, Manolo, Silvia, ¡¡oooraaa Silviaaaa!!!,
Rebeca..., ¡todos estamos aquí! Hasta nos dejaron un espacio
libre para acomodarnos, lo malo es que nos pidieron venir
uniformados, pero no hay pex.
—Qué…, bien…, me da mucho gusto, no los esperaba… Después
de esto, ¿cómo escapar?
—Hola muchachos, qué bueno que ya estén todos aquí para
apoyar a su compañero, ¿vinieron todos juntos?, ¿ya sabías de
esto, Gabriel?
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