Page 43 - Un docente preSNTE
P. 43

Ni siquiera hablo, creo que lo eché a perder. Bueno, fue agradable
            mientras duro, pensé para mí. En esta ocasión no se dieron aplausos
            ni gritos de júbilo, un ambiente muy diferente al del salón. Nos
            pidieron entonces que dejáramos a los maestros solos, que tenían que
            deliberar; los minutos fueron pocos, pero me pareció una eternidad;
            finalmente, mientras esperábamos, nos mandaron llamar a los seis,
            nos felicitaron y dijeron que todos éramos ganadores —una manera
            muy común de decir todos, pero, ¿quién ganó es...?, —y al final,
            con votación dividida, me escogieron a mí. Mis otros compañeros
            me felicitaron, más por cumplir con un protocolo social que por
            sentirlo realmente. Te diré que en ese entonces era algo inseguro y
            no confiaba demasiado en mí mismo, y el hecho de estar avanzando
            etapas, pues, me sorprendía mucho y era muy agradable.

            Felicitaciones Gabriel, ahora, la etapa final de la escuela,
            seguramente en la tarde, te aviso bien la fecha y la hora, vas junto
            con los ganadores de primer y segundo grados, que se enfrentan a
            los que fueron seleccionados del turno vespertino, seis en total y el
            ganador representa a nuestra escuela en la regional.


            Sí, gracias maestro, le agradezco infinitamente. Salí,  otra vez,
            sorprendido y sin poder creer que nuevamente seguía avanzando.
            La siguiente clase fue un total desconcierto para mí, no supe ni de
            qué habló el profesor de historia ni qué decía, seguía repasando en
            mi mente lo que había pasado y dónde me encontraba ahora.


            Efectivamente, la final, ¡la gran final!, fue en la tarde. Con un público
            desconocido y un ambiente diferente, donde habían reunido a toda
            la escuela en la plaza cívica, bueno, a todo el turno vespertino. ¡No,
            qué horror!, ¡esto no lo puedo hacer, es demasiado!


            Me…, me retiraré, esperaré a que todos se distraigan y, sin que nadie
            me vea, me escabullo de aquí. Después me disculpo con el maestro
            Bernardo, le diré que me sentí mal, que me dolía el estómago o




                                                                                 41
   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47   48