Page 118 - Empatizando. Relatos para jóvenes
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Entendí que ser vegetariana me ayuda a cuidar mi salud, y no soy
vegetariana precisamente por los beneficios de los vegetales en sí,
sino por la carne misma. La carne aumenta la flora putrefactiva del
intestino, genera metabolismos ácidos, la mayoría es procesada y
causa cáncer, lleva muchos tratamientos químicos, hormonales y
transgénicos, y quién sabe que más cosas, definitivamente esa carne
no me aporta salud.
Me hizo recordar dos refrigeradores con la puerta abierta, donde
uno de ellos se ve lleno de carne y otro lleno de vegetales, luego
había una pregunta, ¿cuál prefieres? La respuesta podía parecer
lógica, pero sí hacía reflexionar. En uno de ellos había pedazos de
carne en bolsas con sangre, se veía turbio y sombrío, se interpretaba
como muerte. En otro, todo era verde y fresco, se interpretaba como
vida, yo elegiría, sin lugar a dudas, el refrigerador con los vegetales.
Soy vegetariana por cuidar el medio ambiente, la producción
de carne conlleva el consumo de miles de litros de agua, los
excrementos y residuos contaminan el ambiente. Se generan gases
de efecto invernadero: metano y otros gases de las flatulencias de los
animales; los pastizales han terminado con lugares que son fuente
de vida y oxígeno. Yo prefiero consumir alimentos frescos, locales y
ecológicos, ser vegetariana me conecta con la naturaleza.
Pensar en la alimentación humana ayuda a ver que es mejor invertir
en cereales que en animales. Muchos saben que esa es una de las
mejores formas de resolver el hambre en el mundo. Respetar la vida
de los animales y evitar su sufrimiento, dejarlos libres sólo por haber
nacido, es una poderosa forma de pensar en evitar su consumo.
Hacerme vegetariana me trajo otros beneficios que no había
identificado, empecé a notar más claridad mental, capacidad de
concentración y energía, y eso era sensacional. Comer sano es
pensar sano y ahora tenía una nueva filosofía de vida, para mi tiene
sentido saber que soy lo que como y la energía que me proveen
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