Page 44 - El Sembrador de esperazas
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Todo lo malo se te junta, quisieras morirte.
Pero no mueres, es una rachita, vaya rachita.
Y no aguantando más…, te sientas en una roca, en una banqueta o en
lo que encuentres… y exclamas:
Sólo falta que me orine un perro…, y si te atontejas, verás cumplido
tu decreto.
Empecé a reír, inche perro, le tiré una patada, pero ya estaba lejos…,
y se fue mirándome de reojo como diciendo ¿Quieres otra?
Y volvieron las palabras de mi padre…
¡Levántate!
Si no quieres que te orine un perro…, no te sientes, camina, otros la
están pasando peor y no se rinden.
Pero ya era tarde ja ja ja.
Y mis ojos vieron venir a otro canino, me levanté en friega.
He aprendido que cuando todo parece salirte mal, es sólo el punto
de inflexión, para que venga lo bueno.
Inches perros…, sólo están esperando a que te sientes.
¡Levántate y camina!
¡Ánimo!
O en verdad…, ¿quieres que te orine un perro?
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