Page 34 - El arte en la educación y los procesos de aprendizaje creativo...
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Aprender a observar no es una tarea fácil, se requiere de una
            práctica constante, disciplinada y llena de paciencia. En los primeros
            ejercicios elaborados como resultado de la observación de una
            manzana “roja”, los alumnos tomaban su pintura roja directamente
            del recipiente que la contenía y comenzaban a rellenar, en el mejor
            de los casos, lo hacían como si se tratara de una esfera, utilizando
            lo aprendido sobre degradación del color. Se impacientaban y no
            podían centrar su atención por mucho tiempo, pero, una vez que
            lograban  centrar su  atención en la manzana  al grado de analizar
            los colores que a simple vista no se ven, se concientizaban de que,
            antes de aprender a plasmar colores, es indispensable aprender a
            observar, es en ese punto en el que no casualmente comenzaban
            a emocionarse y a relacionarse de una forma diferente con su
            manzana. Es en este momento del aprendizaje, cuando creemos que
            más que aprender a pintar una manzana, las manzanas nos están
            enseñando a observar.

            ¿Cómo una manzana puede enseñarnos a observar?, si nuestro
            referente de educación es la educación vertical en la que el maestro
            enseña y el alumno aprende, quizá nos cueste más trabajo entenderlo,
            pero, más que imaginar historias en las que las manzanas cobran
            vida propia, pensemos en que el factor más importante para que
            el alumno aprendiera a observar fue el vínculo que creó entre él
            y la manzana. Es dicho vínculo “alumno-objeto de estudio” el que
            enseña al alumno. Un vínculo es una relación, es la tercera parte
            que se crea necesariamente de la correspondencia entre dos o más
            partes, y, como se había mencionado anteriormente, un vínculo no
            puede prescindir del factor emocional y las sensibilidades, por eso
            es importante no confundirlo con el vínculo de intelecto a intelecto.

            En la ejemplificación de las manzanas, el vínculo entre docente
            y alumno se da en el momento en el que el docente conmueve al
            alumno y lo contagia de la sensibilidad necesaria para establecer
            los vínculos hacia el objeto de estudio. Para los alumnos, es muy
            importante observar que el docente tenga un vínculo con el objeto
            de  estudio,  esperan  que  el  docente,  además  de  estar  ayudando  a





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