Page 28 - Un docente preSNTE
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o faltarles al respeto. Sácalo del aula, platica en privado con él,
                  fuera del oído y vista de los demás, de ser necesario, dale unos
                  minutos para que se calme y aclare las cosas. No sólo impartes
                  enseñanza de tu asignatura, eres, en muchas ocasiones, un
                  ejemplo para los jóvenes, y sé que mucho les podrás ayudar.
                  En  general,  es  lo  que  te  puedo  decir,  hay  más,  mucho  más,
                  pero, no te preocupes, tienes lo necesario y lo resolverás
                  conforme se presente cada situación. Si algo se te atora, pide
                  apoyo a tus directivos o con algún compañero que tenga más
                  experiencia y que te inspire confianza. Pero, sólo referente al
                  trabajo, a tu desempeño; de tu vida personal…, esa a nadie le
                  incumbe,  sólo,  a  quien  realmente  te  demuestre  que  puedes
                  confiar, y quién sabe, no todo, este medio es muy noble con
                  los alumnos, y a veces, muy traicionero entre los compañeros.
                  Ya lo entenderás más adelante…


                —Maestro, nuevamente, mil gracias, voy a extrañar sus clases y
                  platicar con usted. Trataré de seguir todas sus recomendaciones.


            Me levanté, extendiendo la mano para agradecerle, el maestro me
            dio un abrazo, una palmada en la espalda y me deseó suerte.


            El toque es la hora, espero impaciente la salida del profesor anterior,
            reviso mi horario, sí, estoy afuera del grupo correcto. Los chicos
            se ponen de pie y algunos platican, otros se salen del salón, nadie
            me hace caso, no tienen porqué, me informó el subdirector que me
            presentarán en la ceremonia de honores a la bandera el siguiente
            lunes, así que, ¿cómo podrían saber que les impartiré la clase? Ya
            salió una maestra, un saludo de buenos días; respiro hondo, ahora,
            sí ya es en serio y la de a de veras, entro al salón.


                —Jóvenes muy buenos días, tomen asiento, soy el profesor de
                  español, a partir de esta fecha se les impartirá esta asignatura.


            Hablo y hablo, los nervios desaparecen poco a poco, veo sus
            expresiones y trato de mostrar firmeza y un trato cordial, les
            menciono la importancia de esta materia y el hecho de que se les



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