Page 68 - Los objetos del poder
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La intención escondida de Barto, era tener un ejército tan vasto y grande
como para poder enfrentar a los espíritus, en caso de contienda, e investigar
algunos lugares ocultos y misteriosos donde pudieran vivir, para poder
encontrarlos como lo hizo con Aldebarán.
Terminó la reunión convocada, con la promesa de defensa a todo lugar, poco
a poco todos los líderes comenzaron a partir a sus respectivas localidades.
El documento firmado por todos los asistentes de ese lugar, permaneció en
Magna elaborando copias para todo aquel que lo requiriese, nombrando
a Barto, emperador de Magna como “líder supremo de la gran alianza de
pueblos, ciudades y reinos”.
El trabajo de un puesto de tal magnitud era enorme, prácticamente se podría
decir, que tenía inclusive mayor jerarquía que un solo rey, por ello Barto
debió renunciar a su anterior puesto, dejando a cargo del reino a su padre
Albus, a fin de cuentas, Barto estaría por encima de él jerárquicamente, y
la población quería mucho a Albus desde que se dio a conocer en el torneo.
De manera constante Barto viajaba o mandaba mensajeros a todos lados,
para saber problemáticas de cada lugar, y con un poco de ayuda de su
objeto mágico resolvía problemas, haciendo funcionar enormemente su
título, tomando cada vez más prestigio y confianza entre los habitantes de
cualquier región, que formara parte de la alianza, también invitaba a otros
pueblos a unirse y fortalecerse como un solo legado gigantesco.
Se avecinaba el momento en que las reinas estaban a punto de dar a luz,
la felicidad por el nacimiento de los príncipes cubría cada rincón del
territorio, Ánni fue quien tuvo los mellizos, un hombre y una mujer, Rousse
tuvo un varón, Scarlet una mujer, Daysi un varón, Dayana una niña, Gely
un varón, y Bruu una mujer, en total ocho hijos, cuatro hombres y cuatro
féminas.
Barto por supuesto había escrito que sus herederos tendrían excelentes
habilidades, serían mejores que su padre, madre y abuelos en todos
aspectos, y siempre respetarían a sus progenitores y ancestros. Con eso se
aseguraba que sus hijos serían casi perfectos y diestros en vastas disciplinas.
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