Page 115 - Preludio los días de mi juventud
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Capítulo XXXI
Primer año de normal
En 1963, regresando de vacaciones en Copala, tomé la decisión
de estudiar la carrera de maestro, la Escuela Normal de Roque
presentaba la mejor expectativa de ser un profesionista en el campo
de la docencia.
Antes de inscribirme ponderé las ventajas e inconvenientes de
esta importante decisión y concluí, que la escuela de Roque me
ofrecía estudios, alimentos, dormitorio, lavado y planchado de ropa
gratuitos, todo estaba a mi alcance, el único compromiso era cumplir
con las actividades ordenadas por la autoridad de la escuela.
Inscrito en primer año de normal, recibí la carga horaria de clases
y de trabajo extraescolar que atendería durante el año escolar
que comenzaba. El currículum contemplaba las asignaturas de
observación escolar, psicología educativa, técnicas de la enseñanza,
didáctica, historia de la educación y otras relacionadas con las etapas
de desarrollo del niño.
Desde las primeras clases entendí que la vida es un proceso de
aprendizaje. No se limita a un periodo de tiempo, ni al seguimiento
de un calendario académico. El aprendizaje es diario, constante y
permanente, dejar de aprender es dejar de vivir, lo más importante
es aprender a ser feliz.
Nos aconsejaron leer algunos libros sobre la educación de los niños,
de donde hice el siguiente extracto: la educación es una herramienta
que se adquiere en el hogar y que le permite al ser humano disfrutar
la felicidad de cada día. La educación permite el desarrollo de un
carácter íntegro, teniendo como base fundamental el respeto y la
obediencia a los padres y a sus semejantes.
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