Page 125 - Preludio los días de mi juventud
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Por la tarde del 12 de noviembre, reanudamos los entrenamientos
–se nos quitó el desvelo– con el objetivo de llegar a las competencias
nacionales en óptimas condiciones físicas y emocionales.
Dos días después del baile, salimos a la Escuela Normal Rural de
Hecelchakán, Campeche, sede de la Jornada Nacional, Cultural y
Deportiva de las 27 escuelas normales rurales del país.
Al siguiente día de haber llegado a Hecelchakán, desfilamos por las
calles céntricas de Campeche y regresando a las instalaciones de la
escuela sede, iniciaron las competencias, y tal como lo planearon
nuestros entrenadores, hicimos sentir la presencia de Roque, tanto
en los deportes de conjunto como en los de pista y campo.
Terminadas las competencias en Hecelchakán, Campeche;
regresamos contentos con los triunfos, las medallas y trofeos
obtenidos en esa jornada.
Al pasar la Ciudad de México, pedí autorización a mi entrenador
para bajarme del autobús y abordar un taxi que me trasladara a la
Central de Autobuses Taxqueña y comprar el boleto con destino
al puerto de Acapulco; en ese momento se escuchó por la radio, la
noticia que estaba recorriendo el mundo.
El asesinato de John F. Kennedy: el 22 de noviembre de 1963, el
presidente de los Estados Unidos, se preparaba para su próxima
campaña presidencial.
Durante su recorrido por el centro de Plaza Dealy en Dallas, Texas,
multitudes de personas emocionadas rodeaban las calles para
saludarlo.
Sin embargo, los gritos de emoción terminaron en llanto, cuando
alrededor de las 12:30 p.m., una bala acabó con su vida. El asesino
fue Lee Harvey Oswald.
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