Page 50 - Preludio los días de mi juventud
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Pasados los festejos, continuamos con el plan de trabajo diseñado
            por el profesor Lozano; en la segunda quincena de junio apareció
            en el tablero de avisos el calendario de exámenes semestrales, el
            método riguroso sobre la aplicación de los mismos no cambió;
            pobre del que cachaban copiando o consultando su acordeón, de
            inmediato le recogían el examen; ya dejé asentado que a pesar de
            estas advertencias, algunos compañeros estudiantes se exponían,
            porque por las noches se iban a Celaya a ver a la novia o las pachangas
            y regresaban después de las 10 de la noche y no estudiaban, los
            resultados se veían en el momento de contestar el examen; aclaro
            que la hora de regresar a la escuela era a las 10 de la noche, en ese
            momento el corneta de guardia daba toque de silencio para pasar a
            los dormitorios y estar de pie al otro día a las 5:30 de la mañana.


            La dinámica de trabajo permitió que nos llevaran al campo para
            aprender a surcar, sembrar, regar, fumigar y cosechar con los
            tractores que tenía la escuela; atendíamos la avicultura, apicultura, el
            establo, la huerta de árboles frutales, los talleres y otras actividades
            manuales.

            Los  deportes  como el baloncesto,  fútbol,  béisbol y  atletismo,
            formaban parte de nuestra vida cotidiana; el profesor de educación
            física nos ponía a jugar, y según el desempeño y el talento dentro del
            juego, éramos llamados a formar parte del equipo de la escuela; al ser
            seleccionado, el profesor de educación física, Luis Bravo, fogueaba
            a sus equipos llevándolos a jugar a torneos oficiales y de invitación a
            las ciudades cercanas a Celaya, Guanajuato; esto sucedía cada fin de
            semana durante el año.


            Este sistema de fogueo tuvo buenos resultados; además de conseguir
            un buen nivel de juego, se daba a conocer la escuela de Roque. En
            el caso personal, fui llamado a la selección de baloncesto de Celaya,
            para representar al municipio en los torneos estatales convocados
            por la Asociación Estatal de Baloncesto de Guanajuato.






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