Page 45 - Preludio los días de mi juventud
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Capítulo VII
¡Primero de secundaria!
Regresando de Copala, me inscribí a primero de secundaria,
una nueva meta, nuevos objetivos, nuevos retos y un futuro con la
esperanza de llegar a la culminación de la educación secundaria.
1960, era el inicio de una década de grandes acontecimientos tanto
en mi vida personal, como en el mundo y en este gran país llamado
México.
Los retos inmediatos fueron las asignaturas y la cantidad de
maestros que nos darían clases, con todos ellos había que obtener
buenas calificaciones y adquirir los conocimientos suficientes que
nos servirían en el futuro cercano.
Las asignaturas académicas: español, matemáticas, historia,
civismo, inglés, geografía, biología, música, dibujo; las actividades
agropecuarias y los talleres, tenían el mismo peso curricular; por lo
tanto, había que estudiar todo y estar alerta para el día del examen.
Un mes después de iniciado el año escolar, empezó a calentarse la
temperatura en el ambiente político estudiantil de la escuela; con
el cambio de sistema –Vocacional de Agricultura a Normal Rural–
eran necesarios los cambios y los ajustes en los puestos de dirección,
en el cuerpo de catedráticos y en los trabajadores de los diferentes
sectores de la escuela de Roque.
Un lunes después de los honores a la bandera nacional, el secretario
general del Comité Ejecutivo de la Sociedad de Alumnos, invitó
al director y al subdirector de la escuela, a abandonar el edificio,
por su incomprensión y la falta de atención a los problemas de los
alumnos.
La gota que derramó el vaso, fue que unos días antes, un compañero
estudiante enfermó de gravedad, a tal grado que la doctora de la
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