Page 57 - Preludio los días de mi juventud

no nos pagaban, sólo nos daban la comida y lo de los pasajes. Con
la fama y la experiencia adquirida, algunos compañeros que tenían
novias en Celaya nos invitaban e íbamos a llevarles serenatas.

Dentro de este escritor, surgían preguntas como éstas, ¿a qué vine a
Roque?, ¿qué me voy a llevar cuando egrese?, mis respuestas eran: vine
por educación, por conocimientos, quiero llevarme las herramientas
con las que me están formando en esta institución educativa para
disfrutar la felicidad que el dador de la vida me concederá algún
día, no debo conformarme con lo que tengo ahora, necesito más
cultura, más herramientas para cuando se presenten los problemas,
resolverlos de la mejor manera.

Detrás del esfuerzo educativo está la formación del carácter, en
la vida estudiantil es la mejor etapa para desarrollarlo. Vamos a la
escuela a dar nuestro mayor esfuerzo porque estamos construyendo
un carácter para la eternidad; pero no solamente lo construimos en
la escuela, también en el trabajo, en el hogar, en el vecindario. Hay
que aprender a dar lo mejor en el sitio donde nos encontremos,
porque eso forma el carácter.

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