Page 61 - Preludio los días de mi juventud
P. 61

Capítulo X
                                      La tienda escolar



               Una mañana el maestro de la cátedra de inglés, nos habló de
            un proyecto: jóvenes  –nos dijo– el próximo año terminarán la
            educación secundaria, les propongo que, en vez de un festejo, hagan
            un viaje de excursión a Mérida, Yucatán y de ahí a las pirámides
            de Chichén-Itzá, tendrán mi asesoría. Después de ser analizada
            la propuesta, decidimos pedir autorización por escrito al director
            de la escuela, para trabajar bajo un plan bien elaborado con el fin
            de recabar fondos y llevar a efecto la excursión a Yucatán, como
            autofestejo por culminar satisfactoriamente la educación secundaria.
            Creció el entusiasmo entre nosotros, elaboramos el proyecto que
            contemplaba las siguientes acciones: instalar una tiendita escolar,
            engorda de cerdos y ahorrar la mitad del pre que nos daban cada
            mes. Los cerdos serían alimentados con el desperdicio que salía
            del comedor tres veces al día, ese desperdicio hasta entonces lo
            aprovechaban los niños que venían del ranchito de Roque y se lo
            comían hasta ponerse bien tripones.

            Cuando ya tuvimos elaborado el plan de trabajo, se lo presentamos
            al maestro Gilberto Lozano  –director de la escuela–, solicitando
            su autorización, luego que lo tuvo en sus manos, lo leyó y dijo:
            adelante, denme una copia para firmarla y les sirva de aval. Con la
            autorización en nuestro poder dijimos; echemos manos a la obra.
            Organizamos bien el grupo de manera que nadie se quedara sin
            comisión, nombramos el Comité Proexcursión, la tesorería recayó
            en el escritor de esta narrativa.


            Cumplidos todos los requisitos, el siguiente paso fue hablar con
            los proveedores, se compraron lechones, el grupo se dividió en
            pequeños equipos, tanto para llevarle la comida a los cerdos como
            también los que atenderían la tiendita escolar.


            Le tocó a este escritor coordinar las actividades concernientes
            al viaje de excursión. Empezó a caminar el proyecto,  la tiendita



                                                                                 59
   56   57   58   59   60   61   62   63   64   65   66