Page 56 - Topiltzin El pequeño Quetzalcóatl
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Construyó su templo con columnas en forma de serpientes;
compartió a los toltecas sus conocimientos: militar, artístico,
religioso y astronómico, así como su visión renovada del culto a los
dioses; enseñó a través de sus obras y sus palabras cómo cultivar las
virtudes y evitar los vicios.
En el periodo en que viví y serví dentro de la gran Tollan, nunca se
mostró públicamente: se quedaba en un aposento oscuro y alejado,
protegido por sus ayudantes y los uemac.
Y justamente a la mitad de la noche, bajaba al agua, allí donde se
nombra palacio del agua, en Amochco. Allí colocaba sus espinas
de penitencia, en lo alto del monte Xicócoc… Muchas veces los
hechiceros quisieron engañarlo, para que hiciera sacrificios
humanos, que sacrificara hombres; él nunca quiso, porque quería
mucho a su pueblo que eran los toltecas. 11
Fueron años de prosperidad para toda esta tierra. Su palabra era
misteriosa como la noche y hermosa como el día.
“Pues así decían: cuando morimos, no es verdad que morimos, pues
todavía vivimos, pues resucitamos, existimos, nos despertamos”. 12
Ahora que el tiempo, se ha posado sobre mi cuerpo, quiero que se
sepa por los cuatro rumbos de la tierra que caminé entre gigantes y
viví en los tiempos de Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl.
Hormiga de Obsidiana
11 Velázquez, P. F. (1992). Códice Chimalpopoca: anales de Cuautitlán y Leyenda
de los soles.
12 Martínez, J. L. (1982). El Códice florentino y la Historia general de Sahagún.
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