Page 77 - Una vida dedicada a la enseñanza
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sus compañeros de una manera diferente. La dedicación y pasión de
María eran contagiosas, y pronto el teatro se convirtió en una parte
integral de la vida escolar.
Las producciones que organizaba el club no eran sólo para la
comunidad escolar; también invitaban a los padres, familiares y
habitantes del área circundante. Estas representaciones a menudo
tocaban temas difíciles, pero también celebraban la cultura y la
historia de México, sirviendo como un recordatorio de la rica
tradición que compartían.
Las tardes en la telesecundaria estaban llenas de ensayos, donde
los estudiantes practicaban sus líneas, mejoraban su pronunciación
y aprendían a moverse con confianza en el escenario. María, con
su ojo crítico, pero siempre alentador, dirigía a los estudiantes,
corrigiendo errores y celebrando logros.
No todo era fácil, algunos estudiantes eran reacios a participar,
temerosos de ser ridiculizados o juzgados. Pero María tenía una
habilidad especial para llegar a ellos, para hacerles ver que el teatro
era un lugar seguro, un espacio donde podían ser ellos mismos sin
temor a represalias.
Los años en la telesecundaria no sólo reafirmaron la fe de María en la
educación, sino que también reforzaron su creencia en el poder del
arte para curar y conectar. A través del teatro, ella no sólo enseñaba
a los estudiantes sobre literatura e historia, sino también sobre
empatía, resiliencia y amor propio. Y en el proceso, transformaba la
vida de innumerables jóvenes, mostrándoles un camino diferente,
lleno de posibilidades y esperanza.
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