Page 50 - Donde vive la imaginación
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—Sí, debe de ser, porque todas esas construcciones son muy bonitas, se
caracterizan por tener una plaza cerca de la iglesia...
Suena el timbre para la salida, todos toman sus mochilas y salen del salón,
Ramiro se acerca despacio y pregunta:
—Maestra, ¿usted cree que aún exista el túnel del Conde de Sierra
Gorda?
—No lo sé, es sólo una historia que las personas de edad contaron
alguna vez, sólo es una historia.
Ramiro siente curiosidad, saber si en verdad existió ese túnel, piensa
que sería increíble, encontrarlo, por supuesto también sería noticia para
Tamaulipas. Le emociona pensar en eso.
Al llegar a casa deja sus libros, su mamá ya lo espera para la comida, hoy
salió temprano del trabajo, en la mesa se da la charla:
—Mamá, yo quiero ir a ver a mi tía Perita (así le dicen de cariño, pero su
nombre es Esperanza) por favor, vamos este fin de semana a Jiménez.
—Hijo, no podemos ir, mañana sábado tengo reunión todo el día en mi
trabajo, le quiero pedir al hijo del portero que te cuide.
—Anda mamá, vamos a Jiménez cuando salgas de tu trabajo, anda —
insiste Ramiro.
—¡No hijo!, entiende no puedo, otro día será.
Después de comer, Ramiro pide permiso de salir a jugar fútbol con sus
amigos, su mamá le da permiso, recomendándole que sólo un rato, porque,
debe ayudarle a doblar una ropa.
En el patio se encuentran sus amigos del salón de clase: Pepe, Juan y Sergio.
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