Page 75 - Donde vive la imaginación
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Lino




               Lino está agonizando a la orilla de una parcela con los ojos llorosos,
            arrojando sus aullidos al fondo de un pozo de agua, de donde fue rescatado,
            llegó ahí después de perseguir a una gallina, tropezando con una piedra,
            rodó en la tierra hasta caer en el pozo de la noria.


            Unos campesinos que pasaron por ahí habían decidido sacarlo del hoyo
            luego de escucharlo aullar. Lo hicieron con el único propósito de no dejarlo
            morir adentro, pues querían evitar que éste se descompusiera y echara a
            perder tan preciada noria. Era un día de esos en que el sol parecía más
            enojado que resplandeciente. Los  campesinos  echaron  un  ojo al pozo,
            nunca visto lleno de agua, pero sí de la esperanza de que algún día pudiera
            sofocar el acelerado ir y venir de la sed.


            Lino era un dóberman albino con unos ojos entreabiertos y un corazón
            que palpitaba con brío. Adolorido pensó en su amo, el señor Polo, el mismo
            que le dio un hogar cuando lo encontró vagabundeando por las calles del
            pueblo cercano al ejido y donde había vivido los últimos cinco años. Con
            el poco tiempo que le quedaba, irguió sus dos orejas puntiagudas pues
            era la única parte de su cuerpo que aún sentía con vida. Lo demás estaba
            paralizado, incluso ya ni la cola podía agitar. Entonces, se puso a recordar























                                   Malacara Moreno, K. E. (2022)


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