Page 57 - El magisterio y la vida en verso y prosa
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Al estallido social, el joven Moisés Sáenz responde tomando los libros
como arma en vez de fusiles, los cuales blandiría contra quienes se oponían
al progreso.
Comprendió, no obstante su juventud, que al término del fragor, o incluso
durante el mismo, se requería afianzar los postulados de la educación, y
por ello continuó sus estudios preparándose en el campo de la ciencia,
enarbolándose siempre los ideales por los cuales el pueblo mexicano
luchaba denodadamente al costo de millares de vidas ofrendadas para
construir una nueva nación, un mejor país. Estudia la preparatoria de
1903 a 1907, viviendo su plena adolescencia en el Colegio y Seminario
Presbiteriano de Coyoacán.
Raúl Mejía Zúñiga, uno de sus biógrafos, nos indica que:
“Su condición de alumno interno, procedente de provincia, en una
institución de corte seminarista, y la lejanía de su hogar, influyen
hondamente en la formación de su carácter, pero sobretodo, en la
comprensión y el conocimiento de los problemas del adolescente y
en su desbordante pasión que más tarde tiene por la educación de
ellos”.
Su vocación lo impulsa a trasladarse a Jalapa, Veracruz, para hacer sus
estudios en la Escuela Normal Veracruzana, donde se imbuye en las
modernas ideas pedagógicas que conformarían las dos últimas décadas
del siglo XIX, emitidas y sustentadas por educadores de la talla de Carlos
A. Carrillo, Enrique Rébsamen y Enrique Laubscher.
La contienda revolucionaria se inicia en 1910, cuando Sáenz se encontraba
ya estudiando en la universidad de Jefferson y más tarde en las de Washington
y de Columbia, en las que se gradúa en filosofía y ciencias; trasladándose
después a París a realizar estudios de postgrado en la Sorbona.
A su retomo a la patria tenía ya muy claros sus conceptos con respecto a
la educación en nuestro país.
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