Page 14 - El Sembrador de esperazas
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El escarabajo vivió una vida plena y feliz, se dio cuenta que no era
un cocuyo ¡Había nacido con ellos, pero no era una luciérnaga ni un
cocuyo!, cerró la narración, el maestro…
Cuentan algunos amigos que, a pesar de eso, su historia alumbra aún
a muchos…
Encontró su luz en el servicio a otros, su luz ha sido tan brillante
que ningún cocuyo la ha podido igualar.
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