Page 17 - El Sembrador de esperazas
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En la medida que lo seas para los demás, lo serás para ti mismo, y
recordé la pregunta que le hice en su momento…
¿Lo debo hacer con todos?
Debería ser así, pero es imposible.
Cuando menos hazlo en tu casa o en donde te den alojamiento. En
el espacio donde estés viviendo.
Y saboreé mi mentol recordando una frase de los indígenas de
Honolulu…
Naftalanja, mi vida es fresca, comienza ahora.
…Quizás ya es tiempo de hacer lo que me enseñó mi abuela. Y leí y
releí la última frase de su mensaje…
¡Esto no es para que te vayas al cielo, hijo, sino para que tengas paz
en la tierra!
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