Page 51 - El Sembrador de esperazas
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Salte del agua
(Hagamos buenos ambientes)
Como buen profesor me daba pánico salir de excursión con mis
alumnos. Mas era la única forma de verdaderamente conocerles,
caminar con ellos y platicar mientras caminábamos, era otro mundo.
Su sonrisa franca, sus dichos, anécdotas e historias hacían de esas
excursiones, momentos inolvidables.
Elegía pequeños arroyos, cuidando y evitando algún accidente.
Lugares donde pudiéramos estar todos a gusto, a pesar de algunos
detalles, eliminar las antipatías y lograr la unión entre todos era
fenomenal.
¡Ser profesor era lo mejor que me había podido pasar en la vida, ser
maestro rural era un orgullo, lograr despertar la sed de aprender
era mi pasión, conocer y amar a mis alumnos me daba ánimos y
felicidad!
Se escucharon noticias de accidentes y situaciones difíciles, y se hizo
complicado salir de las aulas y de las escuelas. Me cambié de centro
de trabajo y parecía que las excursiones, dadas las circunstancias,
no volverían a estar en mis actividades escolares.
Vamos de excursión profe, gritó un niño y todos le hicieron coro.
Hice que no escuché.
Vamos de paseo, nos portaremos bien, aunque sea un ratito.
¡Prometemos echarle ganas, el último día de clases, si profe.
Suplicaron todos los jovencitos. Vi su entusiasmo y su ánimo…, y
accedí!
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