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Los tres componentes de las emociones

Hablar de las emociones es abonar a un aspecto de la vida presente
y hasta hace pocos años inexplorado por el sistema educativo, los
seres humanos nos emocionamos ante diversas circunstancias de
la vida y como demuestran las investigaciones, somos capaces
de reflejar esa emoción mediante el semblante, las expresiones,
tonos de voz e incluso a través de la corporalidad, lo cual también
ocurre en algunos animales como los perros, quienes reflejan sus
emociones con su rostro.

Las emociones son energías que mueven al mundo, se definen como
respuestas que impactan a niveles cognitivo, comportamental y
fisiológico. No es en vano que la etimología de emoción provenga de
emovere que significa “moverse”. Tal como refiere Ibarrola (2021):

Las emociones son pues, fenómenos multidimensionales
caracterizados por cuatro elementos: cognitivo (cómo se
llama y qué significa lo que siento), fisiológico (qué cambios
biológicos experimento), conductual (hacia dónde dirige cada
emoción mi conducta) y expresivo (a través de qué señales
corporales se expresa) (pp. 138-139).

Seguramente como docente te ha ocurrido que puedes identificar
cambios en las expresiones, gestos e incluso manifestaciones más
intensas como sudoración, tartamudeo, cambio de color de piel
en tus estudiantes, cuando se enfrentan a diversas situaciones
en la escuela; esto ocurre porque emocionarse tiene diversas
manifestaciones que los expertos denominan componentes
neurofisiológicos de las emociones, éstos son tres: el componente
cognitivo, el comportamental y el neurofisiológico.

El componente cognitivo alude a los pensamientos que generan
esa emoción, supongamos que me encuentro enojado(a) por
alguna situación en clase, en mi mente ronronea la idea del enojo

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