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Por ello, en el aula ningún comportamiento es igual, ni siempre
reflejarán las mismas emociones, en la respuesta motora, pues lo
que para unos puede reflejar nerviosismo para otros pudiera ser
vergüenza o angustia. El cuerpo canaliza la emoción y responde en
concordancia con cada experiencia y la forma en que ha sido vivida
y la interpretación de los sucesos a los que se asocia la emoción son
individuales. En la figura 4 se puede observar un resumen de estos
seis aspectos asociados a las emociones.

Emociones positivas, negativas y neutras

En general, las diversas autoras y autores coinciden en que podemos
experimentar tres tipos de emociones: positivas, negativas y neutras.
Aunque el hecho de ser positivo o negativo no refiere a bueno o
malo, sino más bien se asocian con las circunstancias en las que se
hacen presentes. Por ello conviene aclarar que no hay emociones
malas y buenas, cada una tiene su función, lo cual se explicará con
algunos ejemplos a continuación.

Las emociones positivas se asocian a los logros, cumplimiento
de objetivos, metas; aquello que nos lleva a evolucionar como
personas. En este caso se referirán dos propuestas de modelos de
emociones por considerarse relevantes y ejemplificadoras en el
contexto educativo: la de las seis emociones básicas de Paul Ekman,
el Universo de Emociones de Rafael Bisquerra y Eduardo Punset que
contiene más de 500 emociones y que enriquecerá profundamente
el vocabulario y conocimiento emocional.

Las seis emociones básicas son una propuesta del psicólogo
norteamericano Paul Ekman (2004). Éstas consisten en el miedo, la
ira, la tristeza, el asco, la alegría y la sorpresa. Además, lo anterior
es reconocido por demostrar mediante diversos estudios que
las emociones son universales, es decir, son compartidas por las
diversas culturas que habitan nuestro planeta. Ahora vayamos al
contexto del aula y resolvamos las siguientes preguntas:

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