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El universo de emociones es una propuesta de gran relevancia,
claridad artística y científica, en ella Bisquerra & Punset (2016)
clasifican las emociones en tres grandes grupos: positivas, negativas
y ambiguas, lo destacable es la analogía de las emociones con la
configuración del universo; es decir, con una agrupación en forma
de constelación donde se ordenan en forma de galaxias, pero a su
vez, se encuentran interconectadas con el resto, dando origen al
que denominan: universo de las emociones. Para profundizar en el
contenido visite https://universodeemociones.com/

Claro ejemplo de que los seres humanos somos emocionales, pues
podemos transitar de la emoción de la ira, a la alegría y de la alegría
a la tristeza en instantes. El universo de emociones comprende
más de 500 emociones distintas y se puede convertir en un aliado
para el fortalecimiento de la alfabetización emocional, así como el
autoconocimiento, pues en ocasiones hay palabras o expresiones
que se asocian a ciertas categorías desconocidas como es el caso
de el rechazo, el desprecio, la repugnancia, que pertenecen a la
emoción negativa del asco.

Con referencia al asco, imagina que tienes un estudiante que
normalmente llega sucio a clases, es poco aseado y recién descubres
que tiene pediculosis (piojos), se te acerca y te abraza porque te
tiene un gran afecto y tú, al notar la enfermedad expresas mediante
gestos repugnancia. Es preciso aclarar que no es al estudiante,
sino al hecho de la pediculosis; sin embargo, la interpretación del
rechazo puede ser vivida de mil formas: la maestra ya no me quiere,
el profesor me desprecia, ya no soy importante para mi profe, entre
otras. Así de sutiles y delicadas son las emociones en el contexto
educativo.

Imaginemos que hay cierto estudiante que no sabes porqué razón te
genera desprecio, rechazo y recelo, tienes el ciclo escolar sintiendo
esto, pero no encuentras explicación, y es que en ocasiones
proyectamos parte de nuestra historia de vida en los estudiantes, de
ahí la relevancia de darse cuenta, actuar y evitar hacer daño o herir;

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