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Procesos de aprendizaje creativo

El arte y los procesos de aprendizaje creativo

El arte acompaña al hombre desde sus orígenes, la necesidad
de representar situaciones cotidianas, y la búsqueda de expresar y
otorgar cualidades estéticas a diversas situaciones ha estado siempre
presente. Según Goombrich (1995), “El arte puede significar muchas
cosas distintas en lugares y épocas diversos” (p.15).

Hemos de considerar algunas formas de concebir el arte en un
sentido que va más allá del engrandecimiento de una obra de arte. En
primer lugar, es importante entender el arte como una posibilidad de
exploración, como una llave hacia la búsqueda interna que permite
reconectar los vínculos entre las sensaciones, las emociones y el
pensamiento. Una oportunidad de autoconocimiento personal que
implica el reconocimiento de los procesos internos y la intervención
consciente sobre ellos.

En segundo lugar, podemos entender el arte como una apertura al
pensamiento crítico; es decir, el arte es también una posibilidad de
ampliación de la mirada, que nos permite entender cómo es que
nos concebimos en el mundo, cómo tomamos nuestras decisiones
en relación a nuestro entorno, y de qué manera solucionamos los
problemas individuales y colectivos.

El arte, es entonces, un espacio de reflexión ante las diversas
problemáticas sociales. El arte en su diversidad disciplinaria, puede
manifestar de forma estética un conflicto, es decir, puede ofrecer
una experiencia estética a la vez que da cuenta de un conflicto
social. Muchas de las veces, es también el arte, lo que nos ofrece
oportunidades de transformación de los conflictos de forma creativa.

En tercer lugar, podemos explorar el arte como creación. La creación
es un proceso que comprende la vinculación de las emociones y las
sensaciones con el pensamiento crítico, invoca incluso a nuestra
parte inconsciente, es un proceso que deviene en un potente

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