Page 133 - Los objetos del poder
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dieron los dioses a los siete espíritus antiguos, si estamos fuera de nuestras
            categorías frente a la vista de algún ser mortal que sí pueda vernos, nos
            transformaremos en otro ser, un ente maligno que realizará justamente
            lo contrario a la misión que tenemos de mejorar el mundo. Puedo resistir
            dos horas después del ocaso, pero si ese ser surge de mí, tendrá 36 horas
            de existencia, después de ese tiempo yo volvería a aparecer sin saber lo que
            ese ser hizo durante mi amnesia.


                  ¿Por qué no, simplemente te retiraste, en lugar de exponerte de esa
                  manera?, –preguntó Pilaf.


                  –Aunque puedo resistir esas dos horas, ese ser ya está despierto al
                  llegar la noche, lo que provoca que él quiera salir y yo no sea capaz
                  de hacer mi voluntad en su totalidad, se me nubla la razón y pierdo
                  cierto nivel de control, para ser sincero, nunca me había expuesto de
                  esa manera, hasta el día de ayer, es algo que no quiero repetir, jamás
                  me ha sucedido la advertencia de los dioses, porque nunca he osado
                  desafiarlos, basta con sus palabras para obedecerlas.


                  Pero si eres invocado de noche, forzosamente debes acudir al llamado,
                  –se escuchó decir al líder de la alianza, eso es una desventaja para
                  ti. Por esa razón –respondió Aldebarán, le doy las reglas al portador,
                  una de ellas menciona que jamás estaré con él, después del anochecer,
                  y la norma que me dicta acudir a cualquier llamado, la descubriste
                  tú Barto; pero si quito el tiempo de vida como normalmente debería
                  de hacerlo, los portadores no me llaman cerca del ocaso o de noche,
                  perderían  un largo año de  vida por muy pocos  segundos de  mi
                  permanencia ante  ellos, por  eso nunca me  ha sucedido. Sólo  tú
                  Barto te has salvado de perder tiempo de tu existencia, por lo cual te
                  confías y me invocas con constancia, Pilaf no conoció la totalidad de
                  las normas porque no es portador de objetos de poder, sólo le exigí
                  que no me llamara de noche.


            Todas  estas palabras tenían muy  atentos a los  dos  reyes, ambos  se
            comprometieron a no permitir que Aldebarán permaneciera de noche a
            la vista de alguno de ellos, a nadie le convenía que despertara un demonio


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