Page 53 - Los objetos del poder
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así, exclamó el rey de Troza, también puedes llevarte una doncella de mis
            extensos dominios si tú lo deseas.


            Posteriormente  Barto  eligió  una dama  muy guapa,  con un cuerpo
            escultural, sabía cocinar muy bien, era casi de su edad, sólo que esta vez,
            el rey se comprometió a enviarla sana y salva a Magna, cuando Barto lo
            solicitara, con la unión de ese lazo, su amistad no se disolvería jamás.


            Por fin el ciudadano de Magna dejó el reino de Troza, dirigiéndose hacia
            su hogar, pero aún debía saber más sobre el libro, y en especial sobre el
            últimamente irritable Aldebarán, entonces lo llamó de nuevo. Aldebarán
            apareció, y como la ocasión pasada, no tomó tiempo de vida de Barto,
            ¿ahora qué quieres?, –dijo el espíritu, tengo una pregunta, –proclamó el
            invocante, ¿puedes dañarme a mí o a otra persona físicamente?  No puedo
            hacer eso, –pregonó Aldebarán, casi nunca toco la materia, y no puedo
            tocar a un ser vivo, por lo tanto, no podría darte un golpe físico, pero tengo
            otras formas ásperas de castigar, las cuales no te diré, por cierto, ¿te gustó
            la lluvia de hace unas semanas? –Preguntó Aldebarán con un ligero toque
            de burla. Esta vez Barto agachando la mirada no contestó.

            El  espíritu  se  esfumó  nuevamente  y  comenzaron  pequeñas  ráfagas  de
            viento, suficiente para levantar la tierra y estrellarla constantemente en
            el rostro y ojos de Barto, ahí comprendió que sería un viaje tedioso hasta
            su  hogar,  porque  era  obra  de  Aldebarán,  no  detendría  su  travesura  en
            bastantes horas.


            A lo lejos comenzó a observar paisajes muy conocidos, que le dieron gran
            felicidad y nostalgia, ya estaba muy cerca de llegar a casa, Luna, su águila ya
            se había adelantado de nuevo con las buenas noticias y todos lo esperaban
            con una gran fiesta de bienvenida, casi habían pasado tres años desde su
            partida. Apresuró su paso y por fin retornó a su tierra natal, amigos y
            familiares lo recibieron muy gustosos, la fiesta duró dos días completos,
            la más feliz de verlo era su madre, que iba y venía de su lado en repetidas
            ocasiones durante toda la celebración.






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