Page 48 - Los objetos del poder
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me haga enfadar, no dudaré en lastimarte con mis poderes, todo el
tiempo mortal que me plazca. Nuevamente Aldebarán se esfumó.
Era una amenaza directa de un ser poderoso y antiguo, no podía tomárselo
a la ligera, debía tomar precauciones en todo momento y a cada instante.
Durante los momentos que todo lo anterior ocurría, Barto ya estaba
cerca de llegar al último reino, pero comenzó a llover, no era una lluvia
extremadamente fuerte, pero superaba por mucho a una simple llovizna,
Barto se refugió por un momento bajo unas enormes rocas, pero la lluvia
no cesaba, al observar a fondo, se percató que la extensión de tierra donde
llovía era poca, entonces avanzó a trote rápido con sus dos caballos;
para sorpresa suya, notó que al avanzar, también avanzaba la lluvia, no
importaba la dirección, si iba al norte, hacia allá iba el agua, si cambiaba
al este, la lluvia también lo hacía, prácticamente llovía arriba de él, sin
importar a dónde fuera.
Entonces comprendió que era una amenaza cumplida de Aldebarán,
o un juego como él decía, había estado enfadado y era su manera de
vengarse y hacerle pasar un mal rato, día y noche llovió encima del
viajero durante tres días, éste ya estaba desesperado de estar tanto
tiempo mojado, su ropa y sus pertenencias, sus caballos también
molestos por tanta agua, en fin, era irritante y frustrante esa situación,
hasta que divisó en las cercanías el cuarto reino dejó de llover, había
pensado detener la caída de agua con el libro, pero no tendría ningún
sentido sacarlo de entre sus pertenencias y mojarlo por completo,
Aldebarán tenía más poder, así que el libro no hubiese podido detener
la precipitación del ilimitado líquido.
Antes de llegar al reino, y recién terminada la lluvia, Barto muy mojado
escribió, al igual que Taurus, el rey que conoceré me dará un documento,
donde me nombra a mí gobernador de Magna, además enviará mensajeros
con Otis, rey de Urango y Pílaf, rey de Arabasta, para que elaboren un
pergamino similar y me los traigan antes de mi partida de este cuarto reino.
Las letras azules sólo desaparecieron sin problema alguno.
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