Page 44 - Los objetos del poder
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que aparecen con éste, como el agua de la lluvia, el viento de la tormenta,
            creo que lo entiendes. Barto estaba muy desconcertado, no deseaba que
            Aldebarán fuera tan poderoso, porque eso implicaría una guerra muy dura
            con el espíritu, en sus planes futuros, desearía que Aldebarán simplemente
            observara lo que quería realizar, pero no sería tan sencillo.


            Después tuvieron una pequeña  charla,  cuando nos conocimos  en la
            cueva, me dijiste que mi pregunta tendría que ser muy exacta para que
            la contestaras de la misma manera, pero cada que te pregunto algo, no
            respondes concretamente, –¿Por qué?, el espíritu contestó, –creí que eras
            más inteligente Barto, hijo de Albus y Murta, yo no dependo del libro y las
            reglas, sino que el libro depende de mí, es mi objeto, no yo el suyo, puedo
            responder y dialogar como yo lo desee, inclusive pudiera no responder tu
            cuestionamiento, pero eso te regresaría el año de vida, prefiero contestar.


            Barto estaba atónito, no sabía, qué era verdad y qué era mentira, pues
            las reglas podían romperse, él  ya había descubierto  que ciertas  cosas
            imposibles podían hacerse posibles, si les daba tiempo, y ahora Aldebarán
            le revelaba que incluso podría no perder años de vida, y que además si el
            espíritu lo deseaba no contestaría la pregunta. Esto lo intrigó demasiado,
            había mucho qué pensar, entre las reglas del libro, el poder del espíritu y
            qué tanto era verdad y qué tanto era mentira.


            Aldebarán estaba a punto de desaparecer, cuando Barto gritó otra pregunta,
            –¿Dónde se encuentran los otros seis espíritus antiguos? Pero Aldebarán
            desapareció. Barto no estaba seguro si Aldebarán no alcanzó a escuchar
            su pregunta, o no quiso contestarla, pero como hubo una transición entre
            el  comienzo  del  desaparecer  de  Aldebarán  con  el  cuestionamiento  que
            realizó Barto, su año de vida no regresó, a pesar de que Aldebarán no
            contestó una pregunta; Barto lo notó, porque no sintió que regresará ese
            algo, ese aire interno que se había ido arrancado por la fuerza, cuando
            invoco al espíritu.


            Entonces decidió seguir y viajar muy lento, para seguir experimentando
            con  la  reliquia  de  Aldebarán.  Constantemente  escribía  pequeñas  cosas
            imposibles, las letras azules se hacían rojas y desaparecían, pero después


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