Page 55 - Los objetos del poder
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Capítulo 3
                                      Planes en marcha



               Después del júbilo de su llegada, y las historias contadas de sus travesías
            terminó la conmemoración, pero Barto tenía dos cosas importantes que
            hacer, decirle a Rousse sobre el resto de sus mujeres, y presentar ante la ciudad
            las cartas de los reyes, nominándolo y reconociéndolo como gobernador; el
            tema de sus mujeres lo había resuelto hace tiempo, escribiendo que tendría
            siete esposas, pero aún así era incómodo platicarlo con Rousse, tendría que
            ser meticuloso y delicado al dar la información y tratar el tema. Con respecto
            a las epístolas de los monarcas escribió en el libro del poder, me ganaré a la
            gente de mi ciudad, no sólo por los pergaminos de los reyes, sino por lo que
            haré después, desconoceré esos importantes textos, e invitaré a la población a
            un torneo como en el que participé en los dominios de Taurus, el triunfador
            gobernará Magna, yo seré el ganador.


            A pesar de que Barto era correcto y no se conocía como un tramposo, no
            podía hacer el torneo al azar, arriesgándose a ser derrotado por cualquier
            situación, y perder su nombramiento dado por cuatro soberanos, no era
            lo más justo y honesto que había hecho, no estaba orgulloso por ello, pero
            así debía de ser.


            Al llevar los escritos de los reyes le daría mucha jerarquía a su persona,
            pero al desconocer esos textos y dar la oportunidad a cualquier ciudadano
            de gobernar, quizá lo haría muy famoso e importante en poco tiempo, con
            nobles sentimientos y justo, eso hablaría muy bien de él.


            Primero decidió hablar con Rousse, dialogó con ella muchas cosas, hasta
            que llegó al tema principal. Indicó que había estado en muchos lugares,
            inclusive reinos, los monarcas de esos lugares le habían dado mujeres como
            concubinas, y no podía despreciar o hacer enojar con sus desaires a tan
            importantes personajes, Rousse lo comprendió sin mucha dificultad.


            Unas horas más tarde escribió en su libro, comenzará a nacer poco a poco
            el  amor  entre  Ánni y yo,  las  letras  azules  se  borraron y Barto  empezó


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