Page 28 - Cuatro tres historias de amor
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cielo para calmarse y descubrió la constelación de Orión, se fijó en
la estrella de en medio del cinturón y recordó las noches que pasó
junto a María, supuestamente identificando constelaciones. La de
Orión fue la única que pudieron encontrar.
—Ya estamos listos, “enamorado” —le dijo en tono sarcástico.
—¡Órale, hay que hacer quedar bien al menso éste!, —dijo Manuel.
Se acercaron a la casa, tomaron sus posiciones y comenzaron a tocar
“Cuando hay amor” de Alberto Castillo, melodía elegida por Joaquín
para hacerle saber a María sus sentimientos. Joaquín comenzó a
cantar con todo el sentimiento posible.
“Cuánto quisiera que tú me dieras,
cada mañana un beso suave,
una caricia, una miradita y un sonreír
me sentiría el rey de tu vida,
rey de tu boca, rey de tus cosas,
y el resultado de todo esto, un hombre feliz.
Inténtalo mi amor,
bien sabes que te quiero,
bien sabes que te amo,
bien sabes que te adoro,
inténtalo mi amor,
hazme cumplir mis sueños
y juntos caminemos por amor”.
Cuando iba a media canción, salió su amiga con cara de asombro.
Joaquín se emocionó y continúo cantando: “cuando hay amor, no
hay condiciones, nada imposible, todo posible…”
María no se movió, Joaquín avanzaba hacia ella. Cuando casi estaba
frente a su amada, apareció una figura nueva en esa casa, un joven
negro, alto, delgado, con ojos verdes enormes, que tomó de los
hombros a su amiga. Al verlo, el cantante se detuvo y los músicos,
por inercia, lo hicieron también.
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