Page 54 - Cuatro tres historias de amor
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presentimiento de que el amor de su vida no regresaría, así que le
            propuso irse con él.

            El joven quedó sorprendido con el ofrecimiento; al principio se negó
            alegando que era un viaje de trabajo, además, ella no podía irse de
            su casa de un día para otro con él, no habían pensado en formalizar,
            incluso, nunca le habló de un futuro juntos, pero Sara respondió: “la
            decisión la estoy tomando yo, así que puedo arreglármelas con lo
            que puedas ofrecer”. Al escucharla, Jaime se dio cuenta de lo que su
            novia de ese pueblo haría por él, y, decidió aprovechar la situación.


            Sara se salió con la suya, no dejaría que el amor de su vida se
            escapara, así como no se le había escapado nada de lo que había
            querido hasta ese momento. Planeó la huida tranquilamente y, el
            día acordado, salió de su casa con el pretexto de irse a quedar con
            una amiga y ya no regresó.


            Juana, no durmió esa noche y esperó con ansias el día siguiente
            para ver llegar a su hija, pero, cuando no apareció en la mañana, su
            instinto le avisó que algo estaba muy mal. Inmediatamente corrió a
            la casa en donde debería estar su hija; al llegar le dijeron que Sara
            nunca llegó y no habían sabido nada de ella los dos días anteriores.
            La madre supo inmediatamente lo ocurrido, regresó a su casa en
            silencio y no dijo nada a nadie, sólo se encerró en su cuarto a llorar
            y rezar por el bienestar de su hija.

            La familia se enteró de lo sucedido unas horas después, no por Juana,
            sino por algún chismoso que dijo haber visto a Sara salir del pueblo
            con su novio en la madrugada. Preguntaron a Juana qué podían
            hacer y ella no contestó nada, sólo bajó la mirada y comenzó a
            llorar. Los hermanos de la chica, investigaron a dónde viajaría Jaime
            y cuándo regresaba, así que decidieron esperar, pues seguirlos no
            solucionaría las cosas.


            Después de dos semanas, Sara apareció en la puerta de su casa, con
            un rostro diferente: parecía que los años se le habían venido encima
            y que muchos sufrimientos se habían anidado en su corazón.



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