Page 13 - Empatizando. Relatos para jóvenes

El hombre elefante

Me llamo Abid, les contaré la historia, sobre aquel inicio triste,
del momento de mi vida en el que me diagnosticaron una rara, muy
rara enfermedad, que me dio el apodo de “el hombre elefante”, se
llama, elefantiasis.

Apenas tenía 12 años cuando vi que algo sucedía con mis
extremidades: un brazo y una pierna empezaron a crecer de forma
exagerada, se me hincharon como cuando agregas levadura a la masa
y ésta crece y crece, la piel se hizo gruesa como la de un elefante.

No sabía porqué me pasaba esto a mí, ni entendía, aunque algo más
me iba a pasar, eso me hizo convertirme en el centro de atención de
todos. Las personas me veían con asombro, se acercaban, rumoraban
algo y se alejaban.

A los 12 años, lo que menos deseas es encerrarte, pero yo ya no
lidiaba con la libertad y me escondí. Sin verme al espejo tocaba
mi piel gruesa y abultada, pensé que me había convertido en un
monstruo. Esa sensación me provocaba muchas cosas como miedo,
asco, vergüenza.

Cuando los médicos me dijeron que se trataba de una enfermedad
degenerativa sin cura alguna, yo pensé que eso era todo, que era el
fin. Pero los días pasaban y seguía respirando, sintiendo la lluvia en
mi cara en el verano y sentía el frío en invierno. Y luego vinieron
otros veranos y otros inviernos, y así sin más, me llegaron mis 30
años, de los cuales, 18 los había pasado encerrado.

Desconsolado y muy triste, un día me vi reflejado ante un espejo,
al cual, debo confesar, tenía pavor acercarme. Pero lo que encontré
ahí me gustó mucho, sólo era yo, con mis pensamientos y mis
sentimientos. Entendí que eso no me hacía diferente, entonces una
nueva sensación de paz me hizo sentir vivo.

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