Page 18 - Entes y apariciones entre nosotros
P. 18
que, al siguiente día, después de desayunar, le pedí a mi hija que
me acompañara y nos salimos a caminar. Quería que me dijera
qué era lo que estaba sucediendo, pero desafortunadamente ella
no recordaba nada, decía que se iba a dormir como siempre, que
despertaba hasta el siguiente día, ni siquiera recordaba cuando la
íbamos a ver y mucho menos cuando la metíamos a su cama.
Le empecé a platicar todo lo que habíamos visto, pero veía que no
se alteraba, que no le sorprendía, hasta que le dije que escuché que
hablaba con alguien llamada Penélope, en ese momento se detuvo,
tenía una cara de asombro, de miedo, y me abrazó con fuerza.
La apapaché y empezamos a hablar, ella me comentó que, en la casa
de una de sus primas, pasaban cosas extrañas, que veían que una niña
pasaba corriendo de una recámara a otra, aunque ellos todavía no
tenían bebés. Que, en ocasiones, cuando estaban en la sala viendo la
televisión, sentían correr un aire frío, aunque las ventanas y puertas
estuvieran cerradas. Había veces en que escuchaban que los objetos
se caían de su lugar, nada de eso tenía explicación.
En ese momento le dije:
—Y tú…, ¿qué tienes que ver en todo eso?
Entonces me platicó que una ocasión que fue a la casa de su prima,
también había visto pasar a la niña de un cuarto a otro, que se los
había dicho a sus primos, y que ellos simplemente dijeron:
—¡Ah!, ha de ser Penélope.
Ella desconcertada les peguntó:
—¿Quién es Penélope?
Sus primos rieron y le platicaron que ya se habían percatado de eso,
pero que, como ellos no sentían miedo, la llamaban así. A partir de
16

