Page 22 - Entes y apariciones entre nosotros
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Peligro inminente
Entonces, a lo lejos, Mariel y su tío Chava alcanzaron a ver una
bola de fuego que daba vueltas sobre su casa, inmediatamente los
dos pensaron en el bebé recién nacido, sabían que peligraba, sin
decir palabra y como si se hubieran puesto de acuerdo, salieron
corriendo al mismo tiempo.
En su interior, ambos sabían que esa bola de fuego era una bruja y
que las vueltas que daban sobre la casa que iban a atacar era para
adormecer a los que estaban dentro, de tal manera que, al bajar, no
se encontraran con ningún obstáculo, por ello su gran preocupación,
el bebé estaría indefenso.
Seguían corriendo y cada vez más veían cómo la bola de fuego
bajaba acercándose hacia el techo de la casa, hasta que la perdieron
de vista, trataban de llegar, pero todavía les faltaba mucho.
En la casa, la abuela, la madre y el bebé recién nacido, dormían
profundamente, por lo que nadie pudo percibir los ruidos que
hacía una gran ave que entraba a su domicilio. Dando unos grandes
pasos, atravesó la casa hasta llegar al pequeño, de su pico salió una
lengua delgada y larga, muy larga, en forma de lombriz, misma que
ondulaba para acercarse al cuello del bebé.
De pronto, el ave se detuvo nerviosa, escuchó el ruido de gente que
llegaba corriendo a la casa y empezó a buscar por dónde escapar.
En la parte de afuera, la puerta del patio fue bruscamente aventada
por Chava para poder entrar rápidamente, mientras Mariel, al
mismo tiempo que corría, se sacaba el suéter, lo volteaba y justo al
llegar a la casa, lo aventó sobre la puerta. Los dos entraron al mismo
tiempo y alcanzaron a ver cómo esa gran ave trataba de salir, pero
no podía.
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