Page 14 - Las gañas del perro y otras historias del lado oscuro
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cerca del río, la solitaria mujer se persignaba ante los espectros que
cruzaban el cielo.
—Calma, mi querido Negrito —decía la anciana a un enorme
perro negro que le hacía compañía—. Es una pena que no
hayan escuchado mis advertencias.
Fidel Manzano, era un joven campesino que nació en este poco
reconocido y casi olvidado pueblo de la sierra de Oaxaca. A sus casi
30 años, el joven Fidel jamás había puesto un pie fuera de San Luis
Morelia. Ese diminuto pueblo parece haber entrado en una especie de
bucle de tiempo donde permaneció intacto por décadas. El gobierno
parece no tener en su mapa a San Luis Morelia; nadie parece estar
interesado en las necesidades y carencias de los habitantes de esta
zona de esa parte de la sierra de Oaxaca. Ni los políticos parecen
estar interesados en obtener votos aquí debido al bajo número de
habitantes.
El total de habitantes en San Luis Morelia es de menos de 200.
La mayoría de las casas del pueblo están hechas de carrizo y, por
supuesto, no hay electricidad ni agua potable. La fabricación y venta
de velas de cera usadas en ceremonias religiosas o también llamadas
cirios es, y ha sido desde siempre la principal fuente de ingreso de la
mayoría de los habitantes del pueblo. El agua potable se obtiene de
pozos y ríos cercanos al pueblo. Con el paso de los años la potabilidad
del agua de los ríos cercanos ya no era tan confiable. Los residentes,
con el paso de los años debieron acostumbrarse a hervir el agua
para evitar enfermedades estomacales.
La alimentación de los moradores está basada en lo que ellos mismos
producen como maíz, frijol, trigo, calabaza y otros productos
endémicos.
Todos en el pueblo se conocen entre sí. La solidaridad entre los
residentes es algo muy común. Cuando alguien se encuentra en
problemas, la ayuda surge de todos los rincones, aun de las chozas
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