Page 173 - El magisterio y la vida en verso y prosa
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La  ciencia  ha  desarrollado  mundialmente  una  tecnología  inconcebible
            hasta hace pocos años en materia de comunicaciones. Las guerras intestinas
            y la hambruna que afecta a muchísimos países ha propiciado el éxodo de
            sus ciudadanos en busca de la tierra prometida.

            En fin..., a nivel doméstico, en mi generación de maestros ya festejamos los
            sesenta y un años de graduados y nos preparamos para lo que sigue.


            Y así podemos llegar hasta el infinito, pero es un hecho que nada de lo
            que pudiera ocurrir puede impedir que la bella, grácil, elegante, moderna,
            esbelta y siempre juvenil Bárbara Mellicent Roberts, el sueño estético de
            todas las niñas del mundo al llegar a la edad de merecer, conocida con el
            nombre comercial de Barbie, —la muñeca más vendida del siglo, cumpla
            ahora sus sesenta años y siga cumpliendo más, hasta que el plástico cubra
            el mundo y acabe con él.


            En estas sus seis décadas de existencia sus patrocinadores han desarrollado
            todo un universo a su alrededor, la han convertido en un icono de la era
            que ha influido en los diseñadores de la moda femenina, el vestuario, el
            calzado, bolsas, domicilios, decoración y, lo que es peor, la tendencia de las
            jóvenes mujeres de lucir siempre como ella, con su esbeltez, sin importarles
            poner en peligro su salud y, aquellas que no lo logran, a veces no soportan
            ser diferentes, cayendo en estados depresivos que las conducen no pocas
            veces a atentar contra su vida, en forma permanente. Alguien dirá que eso
            no es nuevo, la historia nos cuenta que nuestras abuelas más lejanas usaban
            corsés tan ceñidos que muchas morían infartadas por falta de oxígeno.


            Es cierto, todos los excesos son malos y, en todo caso, a los que habría que
            culpar sería a los creadores de estos objetos por no prever las consecuencias
            del grado de influencia perniciosa que, a futuro, tendrían sus creaciones
            entre su potencial clientela.


            Por eso te perdonamos la vida y te deseamos que disfrutes tu cumpleaños
            número  sesenta  Bárbara  Mellicent  Roberts,  nombre  romántico  y
            probablemente evocador para tu creador original que te registró con él,
            aunque el lenguaje comercial hubiera hecho que llegaras al gran público
            como Barbie, la muñeca increíble.


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